Miles de opositores marcharon este lunes en Caracas en lo que definieron como el inicio de una etapa de mayor presión contra el presidente Nicolás Maduro y su proyecto de Asamblea Constituyente. Los manifestantes intentaron avanzar hacia la sede de la Defensoría del Pueblo, en el centro de la capital, pero fueron bloqueados por militares con bombas lacrimógenas, chorros de agua a presión y perdigones.
Como ha sucedido cada vez que la oposición trata de marchar hacia el centro de Caracas, la principal autopista de la ciudad es escenario de enfrentamientos entre cuerpos de seguridad y manifestantes, que lanzaban piedras y cócteles molotov contra los uniformados. Mientras, en una neurálgica avenida del centro, donde se ubican importantes oficinas públicas y a través de la cual se puede llegar al palacio presidencial de Miraflores, amaneció bloqueada con barreras metálicas de la Guardia Nacional.
El chavismo marchó hacia El Calvario, emblemático paseo de la zona, para respaldar la Constituyente, que Maduro define como un poder, incluso por "encima de la ley", que resolverá la grave crisis venezolana. El gobierno y la oposición se culpan mutuamente de la violencia desencadenada en casi dos meses de manifestaciones en el país. Maduro acusa a sus adversarios de "actos de terrorismo" para dar un golpe de Estado, mientras que estos le responsabilizan por una "brutal represión".
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